Hoy fue mi segundo día de playa. Aunque con esto no quiero decir que me pasé el día allí, ni mucho menos. Yo en la playa aguanto hora y emdia, y siempre dentro del agua. Jamás entenderé a esa gente que se pasa horas y horas al sol, aumentando considerablemente las posibilidades de pillar un cáncer de piel. Para mí eso es inconcebible, ese achicharramiento voluntario.
en la playa siguen los mismos de siempre. Tenemos a los críos, que antes de qe pongas tu toalla ya te han llenado de arena de arriba a abajo de tanto correr.luego están las tías buenas, algunas de ellas van a la playa a lucir palmito (se les nota por las poses que hacen) auunque otras van a pasarsélo bien o relajarse, el estar buena es un añadido. Si vas con chicos (de mi edad, vamos) a la playa, como yo hoy, ya sabes que se van a sentar en el sitio clave, ése dónde mires hacia donde mires siempre hay alguna maciza cerca(parece que hubieran renido las coordenadas de ese sitio desde hace tiempo, porque ni mirar al horizonte ni nada, ellos ya sabían dónde estaban las tetas).Luego han pasado un grupo de tío que estaban buenísimos, pero mis esperanzas se han ido al traste cuando he descubierto que se fijaban más en mi amigo que en mí.También estaban por allí, como no, los guiris, fácilmente reconocibles por su color TAN blanco, y poruqe la mayoría(no sé muy bien por qué)lleva un botellín d ecerveza en la mano.También aparecieron los vendedores ambulantes, llenos de objetos extraños (un mono con luces?¿?)
Por cierto, ¡ qué bien se está de vacaciones!